lunes, 14 de mayo de 2012

La historia nos sirve para aprender y evitar equivocarnos, no te equivoques.

Por: Gabriela Arroyo Galván-Duque

Recién recibí un correo me hizo recordar que cuando yo tenia trece años escuche comentar a los adultos que se sabia que en Sinaloa el ejército cuidaba cultivos de mariguana. Entonces gobernaba Luis Echeverría Alvarez, priísta por los cuatro costados por supuesto. Su cuñado estaba en la cárcel

en Estados Unidos por ser uno de los mas poderosos narcotraficantes de

esa época, la era de los Zuno.

Cuando yo tenia 18 años los ciudadanos le tenían terror a los

judiciales y se referían a ellos como "perjudiciales", entonces a cargo

de el negro Durazo, quien protegía mas a los delincuentes que a los

ciudadanos; entonces gobernaba José López Portillo, yo "SI ME ACUERDO"

Tambien recuerdo que algunos compañeros de la prepa se indignaron y

repudiaron los actos descritos en el libro "lo negro del negro Durazo"

y algunos hoy son funcionarios de alto rango, priistas por supuesto que

se llenan la boca culpando al actual sistema de la inseguridad y que

además, a ellos convenientemente "YA SE LES OLVIDÓ"

CLARO QUE ME ACUERDO, pero desgraciadamente hay muchos mexicanos que no lo saben (por ser muy jóvenes) y otros que ya se les olvidaron las DEVALUACIONES DE CADA SEIS AÑOS que ocurrían cada vez que entraba un nuevo Gobierno Priísta, CLARO QUE ME ACUERDO y ojalá tomemos conciencia de éso. Con lo que a mí respecta sé que mi voto No lo tendrá el PRI.

¡QUE TODO EL MUNDO SE ENTERE!

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Para reflexionar y pensar el voto ¿Que partido le abrió la puerta al narcotráfico?

Lo que está pasando en México es por intentar poner un alto a lo que ha

estado permitido en tantos sexenios.

Por el voto pensado y reflexionado, sin recomendaciones. Sólo envio lo

que recibo, ¡porque me parece muy cierto!

QUE CIRCULE POR TODO MÉXICO.

CIRO GÓMEZ LEYVA

"Lo que nos pase nos lo mereceremos por no tener memoria histórica o

por vender nuestra dignidad"

Ciro Gomez Leyva:

La primera conmoción nacional por los secuestros ocurrió a mediados de

los 90, con los casos Harp, Vargas, Losada, Senderos. México estaba

gobernado por el PRI. Los guaruras se centuplicaron.

Cuando en 1994 y 1995 las bandas de secuestradores de La Víbora , Los

Aparicio, Los Tlaycas tomaron Morelos, la entidad era gobernada por el

priista Jorge Carrillo Olea, un especialista en seguridad. Quedó

registro de la complicidad entre criminales y policías. El director de

la Policía Judicial morelense era una leyenda policiaca del PRI: el

capitán Jesús Miyazawa.

El apogeo de los cárteles de la droga en Jalisco comprendió también el

periodo del gobernador priista Enrique Alvarez del Castillo, a quien

luego el priista Carlos Salinas de Gortari nombró Procurador General de

la República.

El auge de los cárteles y el crimen en Sinaloa se dio entre

gobernadores priistas: Antonio Toledo Corro, Francisco Labastida y

Renato Vega.

Con el argumento de que poco pueden hacer con la migración, los

municipios conurbados del Estado de México han sido desde el priista

Carlos Hank González hasta el priista Enrique Peña Nieto, zona franca

para delincuentes grandes y pequeños.

Chihuahua es hoy la entidad más violenta del país. El PRI la gobierna

desde hace diez años. Ni qué decir de Tamaulipas, Coahuila, Durango,

Oaxaca.

Con una desvergüenza del tamaño de la desgracia, el ex presidente del

PRI, Humberto Moreira, culpó a los "otros" por la presente tragedia de

la inseguridad, concebida desde el priismo. Y perfiló a su partido como

el único que en el futuro puede encararla y doblarla. Su partido, el de

Cosío Vidaurri, Cavazos Lerma, Natividad Paras, Yarrington y Montiel.

Desvergüenza: dicho o hecho impúdico o insolente.

Desvergüenza, la de Moreira. Y la del PRI: la opción de la experiencia,

guau, ¡cuanta experiencia!

A ESTO LE LLAMO DESCARO Y CINISMO.

Y ¿a éstos elegiremos para que nos vuelvan a gobernar? Pobre México,

pobre República. Sólo un país tercermundista reelige a sus dictadores.

Ya vemos a Salinas frotándose las manos detrás de su niño bonito Peña Nieto.

De los Mexicanos depende, y probablemente nos lo merezcamos por

apáticos, sin civismo ni amor a esta tierra.

TRISTE REALIDAD DE NUESTRO MÉXICO. si tienes coraje reenvialo.

La libertad aún no la tenemos, hay que luchar por ella.

Y tu ¿que estas haciendo por México? ¿por el futuro de tus hijos?

¿quieres que vivan nuevamente las MEGA DEVALUACIONES y las MEGA

INFLACIONES que nos toco vivir producto de un mal manejo de las

finanzas publicas? hoy por hoy, PAGAMOS completa la deuda externa,

tenemos un tipo de cambio relativamente estable y la inflación mas que

controlada.

Manda este mensaje a quien quieras, pero por favor, vamos todos a hacer

algo por México y vamos a demostrar a "este nuevo PRI" que ya crecimos

como Pueblo y no vamos a permitir que vuelva a saquearnos, como lo

hicieron Salinas, De la Madrid, Jolopo etc., etc.

Enrique Peña Nieto no debe ser elegido presidente, seria una catástrofe

para el Pais y para el futuro de nuestros hijos.

Si por lo menos no comunicas estas grandes verdades, que a muchos se les olvida, ya sea por desmemoriados o porque no las vivieron o era muy chicos todavía, no te lamentes después si aparece Moreira como Secretario de Hacienda o “dirigiendo” el Banco de México. ¿Te imaginas?

"¡DIME Y LO OLVIDO, ENSÉÑAME Y LO RECUERDO, INVOLÚCRAME Y LO APRENDO!"

"Una visión sin acción... es un sueño, una acción sin visión... ¡es una

Pesadilla!"

LA IGNORANCIA Y LA MALA FE NOS HACE DECIR COSAS QUE SOLO ENVENENAN; LA INFORMACION RAZONADA NOS LIBERA.



martes, 8 de mayo de 2012

Los años no pasan en balde

Por: Mea Farrow

Ha habido muchas revoluciones en el último siglo, pero quizás ninguna tan significativa como la revolución de la longevidad. Hoy en día vivimos, en promedio, 34 años más que nuestros bisabuelos. Piensen en eso. Es toda una segunda vida de adulto que se ha añadido a la nuestra. Y, sin embargo, en su mayor parte, nuestra cultura no ha aceptado lo que esto significa. Todavía vivimos con el viejo paradigma de la edad como un arco. Esa es la metáfora, la vieja metáfora. Nacemos, llegamos a la cima a la mitad de la vida y decrecemos en la decrepitud. La edad como una patología.

Sin embargo, muchas personas hoy en día, filósofos, artistas, médicos, científicos, tienen una nueva perspectiva de lo que yo llamo el tercer acto: las tres últimas décadas de la vida. Se dan cuenta de que es en realidad una etapa de desarrollo con su propio significado, tan diferente de la mediana edad como la adolescencia difiere de la infancia. Y se preguntan –todos deberíamos preguntarnos– ¿cómo podemos utilizar este tiempo? ¿Cómo podemos vivirlo con éxito? ¿Cuál es la nueva metáfora apropiada para el envejecimiento?

Me he pasado el último año investigando y escribiendo sobre este tema. Y he llegado a encontrar que una metáfora más apropiada para el envejecimiento es una escalera; la ascensión del espíritu humano que nos ha dado la sabiduría, la integridad y la autenticidad. La edad, ya no como una patología, sino como un potencial. Y ¿adivinen qué? Este potencial no es para unos pocos afortunados. Resulta que la mayoría de las personas mayores de 50 años se sienten mejor, tienen menos estrés, son menos hostiles, menos ansiosas. Tendemos a ver más los rasgos comunes que las diferencias. Algunos de los estudios, dicen incluso que somos más felices.

Esto no es lo que esperaba, créanme. Vengo de una familia de depresivos. A medida que me acercaba a los 50 años de edad, cuando me despertaba en la mañana mis primeros seis pensamientos eran todos negativos. Y me asusté. Pensé, ¡oh, Dios mío! voy a convertirme en una vieja cascarrabias. Pero ahora que estoy justo a la mitad de mi propio tercer acto, me doy cuenta de que nunca he sido más feliz. Tengo una fuerte sensación de bienestar. Y he descubierto que cuando uno está en la vejez, contrariamente a verla desde fuera, el miedo desaparece. Nos damos cuenta de que seguimos siendo nosotros mismos, tal vez aún más. Picasso dijo una vez: "Se necesita mucho tiempo para llegar a ser joven".

No quiero idealizar el envejecimiento. Obviamente, no hay garantía de que sea un tiempo para disfrutar y desarrollarse. Es en parte una cuestión de suerte. Es en parte, obviamente, de origen genético. De hecho, una tercera parte es de origen genético. Y no hay mucho que podamos hacer al respecto. Pero eso significa que dos tercios de nuestro éxito en el tercer acto dependen de nosotros mismos. Vamos a hablar de lo que podemos hacer para que esos años añadidos sean todo un éxito y marquen una diferencia positiva.

Ahora, permítanme decir algo sobre la escalera que puede parecer una metáfora extraña para los adultos mayores, ya que para muchos las escaleras son un reto, en los que me incluyo. Como ustedes saben, el mundo entero funciona según una ley universal: la entropía, la segunda ley de la termodinámica. La entropía significa que todo en el mundo, todo, está en un estado de deterioro y decadencia, el arco. Solo hay una excepción a esta ley universal, el espíritu humano que puede continuar ascendiendo –la escalera– hasta la plenitud, la autenticidad y la sabiduría.

Y he aquí un ejemplo de lo que quiero decir. Esta ascensión puede ocurrir incluso frente a desafíos físicos extremos. Hace unos tres años, leí un artículo en el New York Times. Se trataba de un hombre llamado Neil Selinger –57 años, abogado retirado– que se había unido al grupo de escritores de la Universidad Sarah Lawrence donde había descubierto su vena de escritor. Dos años más tarde, fue diagnosticado con esclerosis lateral amiotrofia, o mal de Lou Gehrig. Es una enfermedad terrible. Es mortal. Daña el cuerpo, pero la mente permanece intacta. En este artículo, el Sr. Selinger escribió lo siguiente para describir lo que le estaba pasando. Y cito: “A medida que mis músculos se debilitaban, mi escritura se hacía más fuerte. A medida que perdía lentamente el habla, ganaba mi voz. A medida que disminuía, crecía. A medida que perdía tanto, comencé finalmente a encontrarme a mí mismo”. Neil Selinger, para mí, es la encarnación del ascenso por la escalera en su tercer acto.

Todos nacemos con el espíritu, todos, pero a veces decae por los retos de la vida, la violencia, el maltrato, la negligencia. Tal vez nuestros padres sufrieron de depresión. Tal vez ellos no fueron capaces de amarnos más allá de nuestros éxitos o fracasos. Tal vez todavía padecemos de un dolor psíquico, una herida. Tal vez pensamos que muchas de nuestras relaciones no han culminado. Y tenemos la sensación de estar “inconclusos”. Tal vez la tarea del tercer acto es terminarnos a nosotros mismos.

Para mí, esto comenzó cuando me acercaba al tercer acto, mi cumpleaños número 60. ¿Cómo se suponía que iba a vivir? ¿Qué se suponía que debía cumplir en este acto final? Y me di cuenta de que, con el fin de saber a dónde iba, tenía que saber dónde había estado. Así que regresé al pasado en mi memoria y estudié mis 2 primeros actos tratando de ver quién era yo entonces, –quién era yo en realidad– no aquella que mis padres u otras personas me dijeron que era o me trataron como si lo fuese. Sino ¿quién era yo? ¿Quiénes eran mis padres –no como padres– sino como personas? ¿Quiénes eran mis abuelos? ¿Cómo trataron a mis padres? Este tipo de cosas.

Un par de años después descubrí que este proceso por el que había pasado se llamaba, según los psicólogos, “hacer una revisión de la vida”. Y dicen que puede dar un nuevo significado, claridad y sentido a la vida de una persona. Ustedes descubrirán, como yo, que muchas cosas que creían que ocurrieron por su culpa, muchas cosas que pensaban de sí mismos, realmente no tenían nada que ver con ustedes. No fue su culpa, ustedes hicieron bien las cosas. Y ustedes serán capaces de volver atrás y perdonarlos y perdonarse a sí mismos. Serán capaces de liberarse de su pasado. Usted podrá cambiar su relación con el pasado.

Ahora b–quién era yo en realidad–ien, mientras escribía esto, encontré un libro llamado “El hombre en busca de sentido” de Viktor Frankl. Viktor Frankl era un psiquiatra alemán que había pasado 5 años en un campo de concentración nazi. Y escribió que, mientras se encontraba en el campamento, podía decir, si llegaban a ser liberados, quiénes iban a salir adelante y quiénes no. Y escribió lo siguiente: “Nos pueden quitar todo lo que tenemos en la vida, excepto una cosa, la libertad de elegir cómo reaccionar ante una situación. Eso es lo que determina la calidad de la vida que hemos vivido, no se trata de si hemos sido ricos o pobres, famosos o desconocidos, sanos o enfermos. Lo que determina la calidad de vida es cómo nos relacionamos con estas realidades, qué significado les damos, qué tipo de actitud adoptamos frente a ellas, qué estado de ánimo les permitimos activar”.

Tal vez el propósito central del tercer acto es volver y tratar de, si es el caso, cambiar nuestra relación con el pasado. Resulta que la investigación cognitiva demuestra que somos capaces de hacer esto, se manifiesta neurológicamente por vías nerviosas creadas en el cerebro. Verán que, a través del tiempo, si reaccionaron negativamente a los acontecimientos y personas del pasado, se han establecido unas vías neuronales por medio de señales químicas y eléctricas enviadas a través del cerebro. Y con el tiempo, estas vías neuronales se fijan, se convierten en la norma, aunque sean dañinas para nosotros porque nos causan estrés y ansiedad.

Sin embargo, si volvemos atrás y cambiamos nuestra relación, modificamos nuestra relación con las personas y acontecimientos del pasado, las vías neuronales pueden cambiar. Y si somos capaces de tener sentimientos más positivos sobre el pasado, esto se convierte en la nueva norma. Es como reiniciar un termostato. Lo que nos hace sabios no es tener experiencias, es reflexionar sobre las experiencias que hemos tenido lo que nos hace sabios. Además, nos ayuda a ser íntegros, nos trae sabiduría y autenticidad. Esto nos ayuda a convertirnos en lo que podríamos haber sido.

Las mujeres, todas comenzamos íntegras, ¿no? De niñas, comenzamos combativas –“Sí, ¿quién lo dice?” Tenemos el libre albedrío. Somos los sujetos de nuestras propias vidas. Pero mutar a tal vez aún más a menudo, muchas, si no la mayoría de nosotras, llegada la pubertatal vez aún más, empezamos a preocuparnos por integrarnos y ser populares. Y nos convertimos en sujetos y objetos de la vida de otras personas. Pero ahora, en nuestro tercer acto, puede ser posible que regresemos al punto de partida y saberlo por primera vez. Y si podemos hacerlo, no será solo para nosotras mismas. Las mujeres mayores representan la mayor población mundial. Si podemos volver atrás y redefinirnos y llegar a ser íntegras, esto va a crear un cambio cultural en el mundo y dará un ejemplo a las generaciones más jóvenes para que puedan repensar sus propias vidas.