Por: Querien Vangal
Lázaro Cárdenas del Río fue el presidente de México que dotó de elementos ideológicos demagógicos a la vida pública mexicana de finales de los 30, mismos que estaban encaminados a darle viabilidad al sistema político que emergía entonces. A partir del nacionalismo revolucionario se entiende la férrea defensa que Cárdenas hizo de la soberanía nacional disfrazada, misma que se vio coronada con la mítica expropiación petrolera de 1938.
El empeño del general Cárdenas por lograr el olvido de Plutarco Elías Calles, al que finalmente traicionó, del imaginario colectivo lo llevó incluso a renombrar al Partido Nacional Revolucionario, al que llamó Partido de la Revolución Mexicana (PRM). Además, perfeccionó la estructura pensada por Calles y consolidó el corporativismo del sistema político: militares, sindicatos, campesinos y burócratas, que al conjuro de una mafia de líderes corruptos eran ya la base que sostenía al partido en el poder, y de paso aborregó al pueblo, lo hizo pasivo, causando con esto un gran daño al país. El objetivo, como lo definían, era controlar a las masas campesinas y proletarias del país.
Desde el ocaso del periodo revolucionario y hasta la llegada de Ávila Camacho al poder, los militares habían sido los conductores de los hilos del poder. En 1940 las circunstancias se plantearon de un modo distinto, lo que permitió la llegada del primer presidente civil al poder presidencial después del propio Ávila Camacho, quien fue el último general en ejercer la Presidencia.
En 1940, México se encontraba dividido, en gran medida por algunos elementos y políticas heredadas del periodo cardenista. La Segunda Guerra Mundial entraba de lleno al plano geopolítico, por lo que en nuestro país se optó por crear y desarrollar instituciones de asistencia social, siempre con el objetivo de fortalecer al sistema u aborregando más al pueblo.
De este modo, Ávila Camacho ordenó la creación del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), el Instituto Nacional de Nutrición, el Hospital Infantil y el Instituto Nacional de Cardiología. Los trabajadores tendrían instituciones públicas de apoyo en su actividad laboral. La única condición era que mantuvieran su incondicionalidad del sistema. Los líderes corruptos se agigantaron adquiriendo un poder omnímodo, a costa obviamente de las "masas campesinas y proletarias".
Fue el propio Ávila Camacho quien, en un ánimo conciliador, logró la reforma al artículo 3 constitucional, del que se eliminó la concepción socialista de la educación. Fue en este periodo cuando el secretario de Educación, Jaime Torres Bodet, encabezó un importante esfuerzo de alfabetización, pero era ya demasiado tarde para enderezar el daño que se había causado.
Los movimientos políticos y económicos provocados por la guerra reconfiguraron la posición de México en el mundo. La política exterior mexicana era cercana a la estrategia bélica de Estados Unidos, aunque oficialmente se mantenía neutral hacia las partes en conflicto.
Nuestro país se decidió a participar en la Segunda Guerra Mundial cuando dos buques mexicanos fueron hundidos por submarinos alemanes. De este modo, la ayuda económica hacia Estados Unidos fue clara, así como los beneficios que esto atrajo para el nuestro país. Puede decirse que esta situación contribuyó enormemente al desarrollo industrial de la segunda mitad del siglo XX mexicano.
Las exportaciones mexicanas hacia Estados Unidos crecieron en gran medida y, en correspondencia, Estados Unidos permitió la entrada legal de muchos braceros que trabajarían como jornaleros en el vecino país y vendió a México productos para el desarrollo industrial a un bajo costo.
El efecto negativo de esta situación fue que, aun cuando Estados Unidos redujo en 20 por ciento la deuda mexicana, el peso se devaluó únicamente con el fin de permitir que los estadounidenses pudieran comprar mercancías y materias primas a costos ínfimos.
La participación de México también fue directa en la guerra, aunque más bien simbólica, ya que 300 elementos del Ejército Mexicano, el Escuadrón 201, fueron enviados a combatir al denominado "Eje del Mal" en el Pacífico durante los últimos meses de la guerra.
Para el mundo entero, la Segunda Guerra Mundial implicó una profunda transformación en los órdenes económico y político vigentes. Se logró la consolidación de Estados Unidos como la gran potencia militar. Los vencedores se repartieron el mundo. Ganó Estados Unidos. México, por el contrario, tuvo que pagar por su cercanía con el país norteamericano.
A partir del fin de la Segunda Guerra Mundial, el mundo tuvo que ser reconstruido, así como las relaciones económicas y políticas entre países. ¿Cuáles fueron los efectos en México de la Segunda Guerra Mundial? A México le tocó jugar el papel de comparsa. La respuesta está en lo que México está padeciendo actualmente, "siembra vientos y cosecharás tempestades".
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