Por: Querien Vangal
Marzo / 2004
El día 4 de febrero próximo pasado, los legisladores federales del PAN, presentaron una iniciativa para reelegir a diputados locales y federales y a los senadores. Esta iniciativa, de ser aprobada, modificaría la Constitución General de la República y haría, por fin, efectivo el juicio de los ciudadanos sobre sus representantes, tanto diputados locales, como diputados federales y senadores de la República. Con este procedimiento se lograría que la labor de los legisladores sea efectivamente sometida a juicio de los ciudadanos en las urnas y elimina la prohibición de reelegir inmediatamente a un legislador si así lo requiere el pueblo.
En la exposición de motivos, el legislador que la presentó expuso: "Hoy por hoy está en la constitución la prohibición de la reelección inmediata, nosotros estamos a favor de que, si así lo decide el pueblo, un diputado que haya hecho su trabajo de manera responsable se pueda reelegir (sic), mientras que uno que no lo ha hecho así, un ciudadano con el voto le arruine su futuro político. Nosotros estamos por someter la labor legislativa al veredicto del pueblo, estamos a favor de la reelección. Nos asiste la razón histórica, Francisco I. Madero fue un presidente que gobernó al país con diputados que se podían reelegir, la no reelección de Madero era una reelección presidencial y en ese sentido también, no cabe duda, el PAN está en contra de la reelección de Presidente de la República, de gobernador de los estados y de Jefe de Gobierno"
¿Cuáles serían los beneficios de esta reelección? De entrada se puede asentar que se le devolvería al pueblo la posibilidad de sancionar las ocurrencias o los espectáculos pobres y frívolos que dan algunos diputados y senadores (principalmente los primeros) de todos los partidos, devolverle al pueblo la posibilidad de sancionar eso y de premiar a quien haga su trabajo, a quien participe, a quien cumpla su palabra, a quien regrese a su distrito. Los diputados y los senadores así regresarían a sus respectivos distritos a granjearse una vez más el voto de la ciudadanía y así se sometería el trabajo de los diputados y senadores al pueblo. En todas las democracias occidentales del mundo hay esta posibilidad de reelección, salvo en Costa Rica y en México.
¿Debería ponerse un candado o alguna exigencia para los diputados porque dicen que la mayoría, casi el 85% no conoce la Constitución? Los diputados federales, los diputados locales y los senadores son deficientes porque no están sometidos al veredicto del pueblo, porque no tienen que regresar a refrendar su mandato en las urnas. Lo que busca la iniciativa es devolverle al ciudadano la capacidad de juzgar a sus representantes, eso fortalecería al Poder <legislativo, le devolvería el decoro y acabaría con las irresponsabilidades que muchos diputados (locales y federales) y senadores cometen en agravio de lo que dicen representar.
Quienes se oponen a esta medida argumentan que sería la puerta para la reelección presidencial, lo cual es una necedad en un país que, como el nuestro, necesita a toda costa de actualizar sus procedimientos para progresar. Argüir eso es tanto como si no se le enseñara a un niño a leer y a escribir porque podría leer y/o escribir cosas malas, o que una persona normal se le impidiera aprender a manejar porque podría chocar.
A través de los años se han presentado varias iniciativas al respecto, el PRI lo ha hecho; Vicente Lombardo Toledano lo hizo en 1964. Actualmente hay un ambiente de consenso porque así se responsabilizaría más al poder Legislativo, pues sometido al poder de las urnas; al veredicto, juicio y sentencia ciudadana va a ser mejor indiscutiblemente. El espíritu de la iniciativa es que no se necesita, en cada elección, la renovación total de los legisladores, si estos son buenos que permanezcan y sin son malos que se larguen a su casa.
Se especula también en cuanto a las veces que podría ser reelecto un legislador, parece ser que la balanza se inclina a que los diputados puedan serlo de 2 a 3 veces y los senadores una vez. Otras ideas que se barajan, en relación con el Senado, es que haya elecciones cada tres años para elegir al 50%, o incluso cada dos años para elegir la tercera parte. Todo esto depende también del las modificaciones en cuanto al número de legisladores, ya que existe también la propuesta que hiciera el PAN de reducir los diputados a 400 y los senadores a 96, la cual a tenido una buena acogida, principalmente del pueblo que finalmente es el que manda. Es una prioridad darle decoro y fortaleza al Poder Legislativo que ha sido tan sobajado durante décadas, así como darle capacidad a la ciudadanía de elegir libremente a sus representantes y premiarlos con la reelección cuando éstos se lo merezcan.
Finalmente, lo que es importante recalcar es que la renovación del Poder legislativo debe decidirlo el pueblo, es éste quien debe elegirlo sin cortapisas para que sea fuerte. Sin duda la actual legislatura está ante una muy buena oportunidad de hacer este cambio tan importante.
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