Por: Luis Pazos
Abril / 2010 Conocí a Manuel Espino en la LVIII Legislatura. Poco convivió con los diputados, pues se fue a la presidencia con el Presidente Vicente Fox y después como dirigente del PAN. Según sus allegados era un hombre de principios y en ese entonces, nadie pensaba que tomaría conductas que perjudicarían al partido en el que se formó como político; sin embargo, sus diferencias con el entonces precandidato a la presidencia, Felipe Calderón, lo hizo adoptar una posición que pone en duda su ética política.
He seguido algunas de sus declaraciones, las que denotan revanchismo y odio al Presidente. El título de uno de sus libros, que por cierto rechazó una editorial porque no decía nada nuevo, plasma su mentalidad, "volver a empezar"; su mensaje: todo lo que hace el PAN sin mí no sirve. No es necesario realizar un profundo análisis político para concluir que consciente o inconscientemente se ha convertido en una pieza del PRI para dividir al PAN.
Además de sus giras por Estados con procesos electorales, como Veracruz, donde le hace el "caldo gordo al PRI", no está claro el origen de los millonarios recursos de que dispone para sembrar de espectaculares con su fotografía, como si fuera candidato, las principales ciudades de la República. La excusa es promocionar un libro que no se ve en el espectacular, sino su foto.
Me pregunto ¿de dónde provienen los recursos para esos costosos espectaculares ¿de la editorial, de él, de algunos mecenas que lo ven como redentor? o son recursos que recibe del PRI de un estado donde les es útil para apoyar a su candidato, como acontece en el Estado de Veracruz.
Mi hipótesis es que el PRI de Veracruz "bajo el agua" le financia a Manuel Espino una costosa campaña para, además de restarle votos al PAN en las próximas elecciones de gobernador en ese Estado, utilizarlo en las elecciones presidenciales como candidato de un nuevo partido para tratar de dividir el voto del PAN.
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