miércoles, 19 de octubre de 2011

Tres partidos, la "misma" mentira

 

Por Manuel Velásquez

Octubre de 2011

 

 

La crisis política en México se vuelve más profunda cada día.  La falta de credibilidad en los partidos es constante en muchos círculos ciudadanos, los cuales, cuando menos, están inconformes con las actuales administraciones, sean del color que sean. No existe un consenso, a nivel general, en ningún tema trascendente para el país. Pareciera como si la división partidista hubiera alcanzado de forma irreparable a la ciudadanía.

Por demás está decir que el panorama a nivel social es bastante desalentador. Una ola de violencia que pareciera que no tiene fin. Regiones sin autoridad, el norte coaptado por un estado constante de crimen, ilegalidad e impunidad y en donde los gobiernos estatales se ven rebasados por esta situación y el nivel federal no tiene la capacidad logística para "rescatar" dichas zonas.

Una ruptura entre el sistema político y la sociedad civil es inevitable. Todos los partidos políticos han demostrado con creces su incapacidad para satisfacer las necesidades del Bien Común. Poco se ha logrado durante los 10 años de la llamada transición, desde que el PRI dejó el poder presidencial. Somos unos púberos —políticamente hablando— y estamos en una encrucijada: por un lado la opción de retomar un buen rumbo. Por otro lado tenemos la opción de autodestruirnos.

Lo impresionante de esta "transición", es que el PAN, el partido que supuestamente logró derrotar al PRI, se ha convertido en una mala copia de un partido que a lo largo de 80 años aprendió cómo manipular al sistema a su conveniencia, el blanquiazul lo ha intentado, sin embargo, no lo ha podido hacer completamente.

La percepción general, es que no ha habido grandes avances durante los gobiernos panistas, tanto a nivel nacional como a nivel local. Muchos panistas llegaron para hacer mal las cosas, olvidándose del electorado del que tanto se apoyaron durante los años 80 y 90, pasando a ver únicamente por su pellejo. Se acomodaron en el poder.

El PRD es un tanto de lo mismo. Durante los más de 15 años que llevan gobernando la capital de México, poco han hecho para acabar con la pobreza, la marginación, las malas condiciones de vida, la falta de empleo, etcétera. La corrupción sigue siendo un imperante en el Distrito Federal. Es más la transformación que se ha dado a nivel exterior que al interior.

También se ha caracterizado el partido de "izquierda" por hacer uso de artimañas del viejo sistema: prácticas caciquiles, sobornos a funcionarios, control de órganos de gobierno, por decir algunos.

En cuanto al PRI, ni se diga. Siguen demostrando que son el mismo partido de siempre, a pesar de que en su discurso y en los medios digan que han cambiado y se traten de vender con una nueva imagen. Lo cierto es que el tricolor a través de sus gobernadores ha demostrado que las malas prácticas siguen siendo de su patente y no tienen ni la mínima intención de cambiar.

Ver los casos de Oaxaca con Ulises Ruiz y el conflicto magisterial del 2006, la multimillonaria deuda de Moreira en Coahuila, el pésimo gobierno de Enrique Peña Nieto más preocupado por su imagen que por la intromisión de los Zetas en su estado, los escándalos de pederastia de Mario Marín, ex gobernador de Puebla.

¿Qué opción nos queda ante un panorama así? Sólo podemos tomar un camino: unirnos como sociedad, dejar a un lado los colores y comenzar a ver por nosotros mismos, sin la guía de un partido e ideología en específico. Poner nuestras propuestas sobre la mesa, hacernos escuchar por las vías institucionales, la protesta pacífica, las redes sociales, el debate de altura y las propuestas. Por lo pronto, el que escribe esto grita firmemente: ¡NO les creo! (a nuestra clase política, a cada uno de ellos que solos se han puesto el pié).

 

 

martes, 4 de octubre de 2011

Y… sigue la mata dando

Se va Moreira, llega Gamboa...

 

Tan malo es el pinto como el colorado

 

Por Salvador Flores Llamas

Septiembre de 2011

 

 

Ya no puede ocultarse la discusión dentro del PRI sobre Humberto Moreira, presidente del CEN. Muchos quieren que deje el cargo por la deuda que heredó a Coahuila y su carga política  para el candidato presidencial; otros lo defienden  para no crearle problemas a Enrique Peña Nieto.

Le toleraron los exabruptos con que apareció como único candidato a la jefatura nacional, aunque incomodaban a Beatriz Paredes, aún la titular. Aquellos ataques a diestra y siniestra y enfrentar al presidente Felipe Calderón tampoco agradaron a todos; pero hubo disimulo.

Mas al aparecer la deuda de 34 mil millones que dejó a Coahuila, él mismo enmudeció y más cuando fue saliendo la falsificación de documentos dados a Hacienda y a los bancos para que aprobaran los créditos.

Vino un compás de espera por el último informe y fin del gobierno de Peña en el Edomex. Revivió el debate por la mala preparación de la junta del 11 de septiembre, a que convocó Moreira a gobernadores, líderes de sectores y legislativos, que no tenía agenda y al fin decidió avanzar en el calendario del proceso de selección del prospecto presidencial.

Pesa en el ánimo priísta que, ante el posible regreso a Los Pinos, el partido debe aparecer renovado, y Moreira y cómplices por la duda nada ayudan a tal objetivo.

Además se exige al PRI llegar unido a la lid presidencial, pero lo divide un líder cuestionado hasta el exterior, pues fueron calificadoras financieras de EU las que subrayaron la deuda coahuilense. Ataques del PAN en la campaña por la deuda -a que podría unirse el PRD- no evitarían el triunfo tricolor; pero sí distraerían esfuerzos para deshacerse de ese lastre político.

No hay que dar ocasión a que se destapen deudas de otros estados; mejor aprovechar para revelar corrupciones y fallas de los opositores. Todo esto lo manejan con sigilo los priístas, peñistas y beltronistas, sin dar la cara, pero con la esperanza de ser escuchados. Trascendió, incluso, que Peña y Manlio ya han platicado al respecto.

Además achacan a Moreira que aceleró al Niño Verde para que destapara a Peña como candidato del PVEM, sin ser ya estatutariamente su líder; lo que pudo causar choque con Manlio al verse relegado y contraviene el proyecto de una elección abierta a los ciudadanos para aprovechar el tiempo legal de la precampaña en publicitar más a PRI y a su prospecto.

Altas esferas priístas planean un relevo un cuidadoso, para no dar pauta a Moreira de objetarlo ante el Tribunal Electoral Federal, pues él fue elegido para cuatro años a partir del pasado 2 de marzo.

Podría ser el 8 de octubre, al protestar los nuevos miembros del Consejo Político Nacional. El relevo podría ser Emilio Gamboa Patrón, que quiso ser el jefe nacional priísta actual, pero Peña Nieto (su gran amigo de tiempo ha) le pidió apoyar a Moreira.

El líder de la CNOP accedió, pues, aliado de Manlio, es ante todo un político experimentado e institucional, y ayudaría a acercar más a Peña y Beltrones y a limar algunas asperezas, lo que afianzaría la unidad partidista.

Posdata.-
En Pátzcuaro, López Obrador llamó inmoral "la imposición" de la Cocoa, hermana del presidente Calderón y candidata a gobernador, aunque surgió de una elección interna y legal. Dicen que piensa el ladrón que todos son de su condición, porque el Peje impuso a su hermano Pepín de alcalde de Macuspana, donde dejó enorme desfalco. AMLO mintió, al cabo están muy distantes Michoacán y Tabasco.