viernes, 17 de diciembre de 2010

"El Ponchis", niños sicarios y la cruda realidad

 

Por: Equipo yoinfluyo.com

Diciembre / 2010

 

Desde 2008, en México se habla de los niños y adolescentes reclutados por las redes de delincuencia organizada. Especialistas afirman que los llamados "niños sicarios" son usados para todo tipo de actividades: desde el robo simple y hasta el asesinato. Es la generación que crece entre la desintegración familia, la pobreza y la falta de oportunidades. Es el México de hoy.

 

Recientemente se conoció públicamente el caso de "El Ponchis", un adolescente de 14 años de edad que se dedicaba a degollar a sus víctimas. Por cada asesinato se le pagaba entre 2 mil y 3 mil dólares. Fue detenido cuando estaba a punto de reunirse con su familia.

 

Quisiéramos que el suyo fuera un caso único, aislado, pero desgraciadamente la realidad es muy distinta. ¿Qué hicimos o dejamos de hacer para haber llegado a casos como el de "El Ponchis"?

 

Más allá del fracaso de las instituciones gubernamentales, es también un signo del debilitamiento de nuestra estructura social. Los niños y adolescentes no deberían siquiera pensar en la muerte del otro. Deberían tener la oportunidad de vivir su vida, de desarrollarse de acuerdo a sus necesidades y a su edad. Deberían ser cobijados por todos nosotros.

 

Hoy vemos con dolor que un jovencito, en representación de un número indefinido de adolescentes repartidos en el país que comparten su situación de desintegración familiar, de pobreza y falta de oportunidades, se dedica al crimen organizado, como si hiciera falta decir algo más.

 

Los discursos triunfalistas terminan cuando la avasalladora realidad se impone y demuestra que nuestra lucha contra el crimen organizado y contra la violencia está nada menos que a nuestro lado, en lo inmediato, entre los más cercanos.

 

El cáncer del crimen organizado ha penetrado tan profundamente nuestras estructuras políticas, económicas y sociales que más que nunca se hace necesario replantear el rumbo de nuestro país y el destino que queremos preparar para las generaciones venideras. ¿Cuándo comenzamos?

 

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario