Por: Equipo yoinfluyo.com Diciembre / 2010 La impunidad es uno de los más graves problemas del país. De acuerdo con documentos del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE), la impunidad es parte de la normalidad de México. Se calcula que poco menos del 1 por ciento de los delitos que se cometen a nivel nacional es resuelto por las autoridades de justicia. Por ello, ante la cifra tan abrumadora, el caso de Isabel Miranda de Wallace viene a ser alentador. La historia es conocida. Desde 2005, Miranda de Wallace ha peregrinado por las instituciones de justicia de todos los niveles de gobierno para solicitar apoyo en la búsqueda de los responsables del secuestro de su hijo. El interés de las autoridades fue nulo. No sólo no resolvieron el problema, sino que decidieron olvidarlo, retirarlo de sus agendas. La tenacidad de la señora Miranda de Wallace, así como la de su familia, la llevaron a investigar por su cuenta. De este modo, ella misma fue encontrando rastros y pistas del paradero de su hijo, así como de sus captores. Al poco tiempo obtuvo frutos: dio con nombres, fechas y lugares concretos. Hizo el trabajo que las autoridades no quisieron hacer y facilitó la aprehensión de los delincuentes. Recientemente ha caído el último de los participantes del secuestro, quien ha confirmado que Hugo Wallace fue asesinado poco después de haber sido plagiado. Gracias al esfuerzo y al tiempo dedicado a esta misión, Isabel Miranda de Wallace cierra un capítulo de su larga lucha por obtener justicia. Se trata un resultado ambivalente. Por un lado, es reconfortante saber que hay mexicanos cuya valentía los lleva hasta el límite de sus posibilidades. Isabel Miranda de Wallace es, en ese sentido, un ejemplo de lucha y valentía. No hay dudas sobre su liderazgo social. Además, es un muy positivo saber que se ha capturado a un delincuente de gran peso. Esto se lo debemos a Isabel Miranda de Wallace. Por otra parte, confirma la necesidad que tienen las autoridades de justicia de contar con la presencia ciudadana. Los procesos, los sistemas, las políticas públicas, muchas veces opacos, necesitan de la labor ciudadana, no sólo para obtener legitimidad, sino porque los ciudadanos pueden aportar mucho para la resolución de delitos y asuntos judiciales. La consigna es clara: hay que luchar en contra de la industria del secuestro, y de la industria de la violencia en general, pero también hay que fortalecer a las instituciones de justicia, luchar por transparentarlas y diseñar los mecanismos legales e institucionales que puedan facilitar la participación ciudadana en la resolución de problemas públicos referentes a la seguridad de la sociedad.
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viernes, 17 de diciembre de 2010
La lucha contra la impunidad
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