Cualquier país del mundo viven de lo que produce el trabajo de sus habitantes, no hay de otra.La Constitución General de la República, en su Artículo 31 fracción IV, dice: “Es obligación de los mexicanos contribuir para los gastos públicos, así de la Federación, como del Distrito Federal o del Estado y Municipio en que residan, de la manera proporcional y equitativa que dispongan las leyes.”
En uno de cada cuatro casos, el monto defraudado fue superior al millón de pesos (aproximadamente 90,000 dólares americanos), y en uno de cada diez la cifra llegó a superar los 5 millones de pesos (aproximadamente 455,000 dólares americanos).
Las empresas defraudadas enfrentaron, como consecuencia del ilícito, problemas como incrementos en costos de operación (53%), pérdida de confianza entre empleados (41%) y daños a la imagen de la compañía (25%). En el 60% de los casos, el fraude fue detectado por medio de controles internos y auditoría interna.
Sin embargo, en el 86% de los casos, el fraude se descubrió hasta seis meses después de haberse cometido el ilícito, pese a que existieron señales previas de alarma. En México, sólo el 43% de los casos de fraudes detectados es denunciado ante las autoridades, mientras que en Estados Unidos es el 60%.
Las áreas más vulnerables de padecer fraudes son: ventas/mercadotecnia (48%), logística/almacén/operaciones (42%), administración y finanzas/contabilidad (21%), compras (13%) y producción (10%).
Sólo el 2% de las empresas que han sido defraudadas implementa o corrige sus mecanismos de control interno. En general, el defraudador fue un hombre de entre 25 y 35 años, con una antigüedad en la empresa defraudada de uno a tres años y ocupando una posición de mando medio u operativo.
El 44% de las empresas que opera en México ha reconocido haber realizado algún pago extraoficial a servidores públicos. En promedio, las empresas destinan un 5% de sus ingresos anuales al pago de sobornos.
Las causas de la corrupción son: trámites lentos (47%), multas injustificadas (27%), pérdida de contratos (21%), aumento de costos de operación (21%) y falta de vigilancia e inseguridad (7%). El nivel de gobierno donde más incidencia existe de este tipo de pagos extraoficiales es el municipal. Seis de cada diez empresas consideran que los pagos extraoficiales a servidores públicos tienen un impacto significativo en sus proyecciones de inversión en México.
Creo en Dios, soy cristiano, amo a mi patria. Nací en la ciudad de México el 8 de octubre de 1929. Soy ingeniero civil por la UNAM, generación 1947-51. Soy divorciado, tengo 7 hijos, que son mi adoración (4 de mi primer matrimonio: Enrique, Ivonne, Marco Antonio y Angélica y 3 de mi segundo matrimonio: Mario, Elsa y Margarita), 9 nietos. El gran amor de mi vida: Angélica (mi novia de la juventud y mi primera esposa). Lugar especial en mis sentimientos tuvo María Elsa, mi segunda esposa, por quien siempre tuve un gran cariño y respeto sinceros, lamentablemente nuestra relación fue efimera. Mis padres: Enrique Galván-Duque Martínez y Emma Tamborrel Suárez, por los que guardo una sublime veneración. Mis hermanos: Emma, Alicia, Héctor (†) y Alejandro Galván-Duque Tamborrel, a quienes quiero y respeto en forma irrestricta. Escribo bajo mi nombre y dos seudónimos: Querien Vangal y Antero Duks, ambos tienen su historia y sus motivos, pero no para esconderme. En síntesis, soy un mexicano de una familia de clase media, con la única ambición de ser útil a mis semejantes.
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