sábado, 14 de noviembre de 2009

CAUSAS DEL RIESGO DE REGRESION EN LA TRANSICION

Por: Federico Müggenbug

Octubre / 2009


A medida que transcurre el tiempo, la alternancia iniciada en el poder ejecutivo el año 2000, se ha venido enrareciendo, al no producirse los demás procesos que la deben acompañar en cualquier proceso de transición del autoritarismo a la democracia. Alternancia no es sinónimo de transición como algunos comentaristas han confundido, es sólo uno de los primeros elementos que permiten identificarla. Nueve años han transcurrido ya desde ese histórico momento y su debilitamiento es bastante evidente. Hay causas que permiten identificar y explicar porque esta sucediendo esto. Algunas son propias del proceso mexicano y otras son inherentes al proceso de la globalización.


Las de carácter global son más recientes como, la crisis económica global, la presencia novedosa del terrorismo islámico, las marcadas fluctuaciones de los precios del petróleo y el vertiginoso desarrollo de la modalidad del llamado "socialismo del siglo XXI" en América Latina.


Las propias del proceso mexicano son más numerosas y quizá más agudas, ya que las de carácter global, afectan a todos los países, aunque no de la misma manera. En el caso de las relaciones comerciales entre México y los Estados Unidos de América, es muy claro que al tener un intercambio cercano al 90% en la exportación mexicana, el efecto sobre nuestro país es más drástico con referencia a otros países más diversificados. A esto hay que sumarle la declinación de la producción petrolera, que va disminuyendo los ingresos por ese rubro, que históricamente han sido un soporte fundamental en los ingresos del gobierno.


La primera, de las más importantes causas internas consiste en la "Persistencia de rasgos del viejo sistema político". Se pueden identificar por el cuestionamiento a la eficacia de la autoridad. Hay un sistemático intento, envuelto en la tesis de la "reforma del estado", por trasladar e imponer el añejo autoritarismo presidencial, a un novedoso autoritarismo legislativo. Persisten las prácticas viciosas del pasado. Actuar con criterios estrictamente pragmáticos, arrumbando los principios. Prácticas de encubrimiento de violaciones sistemáticas de las leyes. Asunción de modelos corporativistas evidentes sobre todo, en los "contubernios" con liderazgos sindicales manifiestamente corruptos. Perseverancia de mecanismos de soborno. Desenfreno en las normas morales de la conducta personal. Adopción de la subordinación del partido al poder presidencial, sin los "éxitos" de sus inventores. Engaños evidentes y chantajes para subordinar a otros. A todo esto se añade la falta de respeto a las leyes y a las instituciones. Ejemplo claro, el IFE, dejó de ser ciudadano.


Persisten monopolios empresariales, sindicales y políticos. Hay una evidente infiltración de la delincuencia organizada en importantes instituciones, además de la consolidación de la delincuencia administrada. Así como la subordinación del bien común a los intereses particulares o de grupo.


La segunda, es la "Carencia de una visión compartida en proyectos de largo plazo". La planeación está condenada al corto plazo. Se percibe vulnerabilidad de las instituciones del estado. Evidente indefensión ante la importación legal y más de la ilegal (contrabando) de diversos productos. Además, los plazos son insuficientes en el ejercicio de la administración pública en municipios y poder legislativo.


La tercera, consiste en la "Insuficiente participación ciudadana". Aunque en los últimos veinticinco años se ha incrementado, no basta. Tenemos una sociedad sin educación, acrítica y manipulable, que no asume toda su responsabilidad ciudadana, que no participa suficientemente en los procesos electorales y no exige transparencia, rendición de cuentas y respeto al derecho. Hoy es más evidente que nunca la falta de liderazgos sociales para el logro del bien común.


La cuarta, es el "Insuficiente crecimiento económico". Tenemos impedimentos constitucionales y jurídicos anacrónicos, como el llamado "capítulo económico de la constitución" y otras leyes que no se han actualizado suficientemente, como la hacendaría, laboral, energética y educativa, que obstaculizan o limitan la realización de proyectos estratégicos de inversión de largo plazo. Y por supuesto también pesa mucho el bajísimo nivel de la calidad educativa.


La quinta, es muy grave, "Los medios de comunicación no se comprometen con la transición". Y lo que es más grave, los medios audiovisuales, sobre todo el duopolio televisivo, han caído en la promoción, sin disimulo, de candidaturas de evidente signo regresivo al autoritarismo del viejo sistema político, con su cauda de vicios y sobre todo de su amplio tejido basado en la corrupción. Esto además provoca insuficiente conocimiento y compromiso para impulsar una mayor participación ciudadana al servicio de "la democracia plena, la economía de mercado social y moralmente responsable y la vigencia del estado de derecho", lo que produce una vulnerabilidad al manejo de agendas ideologizadas contrarias al bien común.


La sexta, y última, consiste en la "Insuficiente comunicación de los propósitos y los proyectos del gobierno". Por una falta de diagnóstico claro, comprensible y jerarquizado de los principales problemas nacionales y de la consecuente propuesta de soluciones y un insuficiente uso de tecnología adecuada para la comunicación generalizada y convincente de los grandes propósitos gubernamentales. El dos de septiembre en el mensaje con motivo del Tercer Informe Presidencial, parecía que se le pondría remedio a esta causa, pero hasta ahora, no se ve claro en los hechos.



«EL RESPETO A LA LEY ENALTECE NUESTRO ESPÍRITU»





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1 comentario:

  1. El IFE cambió para convertirse en un títere del Poder legislativo y, a través de este, de los partidos políticos.
    Cuando reclaman los ciudadanos, por falta de una preparación que los ayude a razonar, se tiran a las calles a alborotar y causar daños y perjuicios al resto de la ciudadanía.
    Los medios informativos, especialmente los televisivos, se han convertido en el Primer Poder de la Unión. Todo está sujeto a su voluntad e influyen negativamente en la ciudadanía, distorsionan los hechos a su arbitrio, construyen mitos y destruyen realidades. Ya lo dijo un renombrado político europeo: “en México la ciudadanía, y por ende el país, está maniatado por la televisión”

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