martes, 2 de febrero de 2010

El periodismo mexicano

Por: Antero Duks

 

 

¿Cuáles son los peligros más frecuentes a los que se enfrenta el periodismo nacional?

 

En primer lugar, dejarse llevar por el sensacionalismo. Es verdad que es importante "saber vender" y que el negocio informativo sea rentable, pero no por ello se debe caer en el fácil alarmismo con un mero objetivo mercantilista. Aunque de momento se venda bien el periódico, el público sabe discernir y distinguir muy bien la prensa objetiva del "amarillismo periodístico".

 

En segundo lugar, el periodista debe ser un incansable buscador de la verdad. Ésta es única, objetiva y universal. El peligro es tender al relativismo y concluir cómodamente: "no hay verdad absoluta; todo es relativo". 

 

Cuando se sacrifica la verdad para tener más impacto ante los lectores, se suelen cometer graves injusticias. Por ejemplo, el dañar la imagen y honradez de figuras públicas (de la política, del mundo artístico, del sector empresarial, etc.), y añadir la manida frase: "De fuentes bien informadas"; "en círculos cercanos a esta personalidad, se comenta…", y con esa muletilla se da pie a emitir juicios sin fundamento, denigrantes o faltos de ética.

 

No menos grave resulta la tendencia de algunos comunicadores que buscan, por ejemplo en una entrevista, forzar las cosas para que "el entrevistado diga exactamente lo que el entrevistador ya tenía previamente en mente que afirmara". Si no da resultado esta estrategia, entonces, algunas veces se recurre a sacar una frase fuera de contexto y tergiversar por completo una declaración. A esto no se le puede llamar una labor de comunicación, sino manipulación informativa.

 

Lo mismo sucede con las encuestas o sondeos de opinión. Es común que se presente en algunos programas de radio o de televisión una pregunta abierta a la participación ciudadana en que la pregunta está elaborada de forma amañada para que el entrevistado se confunda y acabe afirmando algo que no pensaba decir o apoyar.

 

Escuchaba hace poco una encuesta. La pregunta era más o menos ésta: "¿Qué piensa usted de una mujer embarazada que tiene problemas económicos y es rechazada por su familia y su novio? ¿Estaría usted de acuerdo en que aborte?".

 

Un par de horas después, se consigue el objetivo deseado: "Según la encuesta al auditorio presentada el día de hoy: el 78 por ciento opina que la mujer embarazada con estos problemas debe abortar".

 

Me parece que no se puede ni se deben tratar estos asuntos tan delicados con frivolidad y ligereza. En muchas ocasiones, el comunicador no se percata de la grave responsabilidad que tiene porque –lo quiera o no– es un icono, un modelo, un referente para moldear la opinión pública de millones de lectores, de radioescuchas o telespectadores.

 

En cierta ocasión, desde un noticiero de una conocida televisora, se acusó al director de un colegio de ser pederasta, en el Estado de México. Se trataba de una calumnia muy bien montada porque había unos líderes agrarios que les interesaba quedarse con los terrenos de ese centro educativo.

 

Cuando se dio la noticia causó conmoción en la comunidad en torno a la escuela. Al día siguiente, en que el director y otros profesores fueran a aclarar esta cuestión llevando pruebas de que se trataba de una falsedad, en la televisora les dieron "con la puerta en las narices" y tajantemente les contestaron: "Sí, de acuerdo, entendemos que esta noticia que dimos ayer no es verdadera. Pero, compréndannos, si ahora damos la versión correcta, 'eso ya no es noticia de interés para los televidentes', porque no vende".

Por otra parte, hay cierta clase de periodismo que el 90 por ciento de su tiempo lo dedica a la llamada "nota roja": asesinatos, secuestros, accidentes, narcotráfico, etc. Aunque eso "venda" no me parece un periodismo objetivo.

 

¡Hay cientos de noticias positivas y constructivas que se pueden publicar o destacar! Por ejemplo, empresas que están saliendo de la crisis económica, novedades científicas, tips para educar a los hijos, consejos para ahorrar en tiempos de recesión, interesantes aportaciones culturales, artísticas, etc.

Tampoco me parece correcto que en algunos noticieros, los líderes de opinión, en vez de concretarse a transmitir las noticias, vayan haciendo comentarios editoriales y que de algún modo predisponen al público.

 

Si establece una mesa de análisis para comentar, por ejemplo, el papel de los partidos políticos en vísperas de las elecciones, me parece magnífico que el conductor emita las opiniones que desee. Pero mezclar las noticias con una larga cadena de opiniones personales, distorsiona invariablemente la información.}

 

Lamentablemente hay quienes se han especializado en atacar duramente –con ocasión y sin ella– a la Iglesia Católica, al Papa, a los obispos, a los sacerdotes, a las instituciones y todo lo que de algún modo concierna a la Iglesia.

 

En cierta ocasión, escuché el comentario de un comunicador: "Es que se ha descubierto que este tipo noticias se venden bastante bien, porque México es un pueblo mayoritariamente católico". Desde luego, este tipo de periodismo "negro" no deja de causar pena porque desdicen de la ética y la honestidad periodística.

 

Hay periodistas serios

 

 

En honor a la verdad, en México hay muchos –aunque son minoría en este contexto--   líderes de opinión que se manejan con objetividad y honradez informativa. Por ejemplo, Adriana Pérez Cañedo con su noticiero en Canal 11; Leonardo Curzio y Edilberto Huesca desde Núcleo Radio Mil; Miguel Bárcena en ABC radio; Jorge Zarza con su noticiero de mediodía en TVAzteca; Carlos Loret de Mola con un periodismo jovial y ágil; Ignacio Catalán quien está realizando un espléndido trabajo innovador desde El Universal Online; Raúl Sánchez Carrillo y Julieta Lujambio, quienes elaboran un periodismo serio y profesional desde la radio, lo mismo que Francisco Zea desde Grupo Imagen; Lázaro Ríos con un periodismo moderno y de investigación en el periódico Reforma.

 

Existen columnistas notables, especializados en economía y finanzas, como: Herminio Rebollo, Enrique Aranda; Patricia Montelongo, como directora de la revista cultural ISTMO (que, por cierto, esta publicación cumple medio siglo de existencia).

 

También, esfuerzos notables en internet como: Fernando Sánchez y José de Jesús Castellanos, directivos del portal yoinfluyo.com; Salvador Velasco en Church Forum, Ricardo Pasillas con su portal Desde la Red, etc.

 

Podríamos concluir que en México existen importantes y destacados líderes de opinión, y que, por la actual crisis económica, los medios de comunicación tienen la imperiosa necesidad de colocarse en la vanguardia de la revolución cibernética para proporcionar a sus receptores un periodismo de calidad, más creativo y apegado a la verdad objetiva.



«El respeto a la ley enaltece nuestro espíritu»

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