sábado, 27 de febrero de 2010

Mensaje muy interesante

10 de Febrero de 2010

 

Beatriz, ¡no me decepciones!


Eres, mi querida Beatriz, una mujer admirable por tu inteligencia y brillante carrera política iniciada a muy temprana edad; por tu gran presencia, personalidad y cariño a México. Todo esto te lo he dicho personalmente en varias ocasiones. Creo, sinceramente, que serías una estupenda candidata del PRI a la Presidencia de la República.

No obstante lo antes escrito, me han decepcionado tus comentarios de los últimos días, y deseo convencerme de que estoy equivocado, profundamente equivocado. ¿Por qué mi decepción? Déjame explicarte.

Todos los partidos, el tuyo incluido, en temporada electoral nos invitan a los ciudadanos al estadio de futbol, pero nos expulsan de éste al momento en que el juego comienza. En tiempo de elecciones, los candidatos a puestos de elección popular dicen que quieren mucho a los ciudadanos, nos apapachan, pero lo único que priorizan es la lucha por el poder.

Manlio Fabio Beltrones tiene razón, mucha razón, cuando señala el distanciamiento cada vez mayor entre los políticos y los ciudadanos. Sí, un distanciamiento ocasionado, en gran medida, por una partidocracia que dice querernos pero traiciona con lamentable frecuencia nuestras legítimas aspiraciones.

El país avanza, sí, pero a paso de tortuga, mientras otros países van en Ferrari. La revolución quiso reivindicar a la clase más necesitada, pero después de cien años ¿qué cuentas nos rinden nuestros dirigentes? Cincuenta millones de pobres y una desigualdad lacerante, una corrupción rampante y una impunidad inaceptable. El crimen organizado avanza, mata y corrompe a nuestra sociedad; la educación deja mucho, pero mucho que desear; un crecimiento económico incapaz de generar los empleos que necesita el país, y un sistema político incapaz de generar las reformas estructurales que tanto se requieren.

Sí, los ciudadanos tenemos razón para distanciarnos de nuestra clase política, porque ésta carece de visión; prioriza la lucha por el poder por el poder mismo, y resulta ineficaz e ineficiente en su trabajo legislativo.

Los ciudadanos no nos sentimos bien representados y creemos, justificadamente, que los políticos nos ven como una amenaza. No nos tratan como los beneficiarios de sus decisiones e indebidamente irrumpen en el IFE, nuestro IFE, el de los ciudadanos; promulgan una ley electoral que lesiona nuestros legítimos intereses y nos impide expresarnos libremente, y para acabarla de amolar, el presidente Calderón intenta ahora, inexplicablemente, poner trabas a las acciones del IFAI, dañando, en vez de impulsar, la transparencia.

Hoy se discute un proyecto de reforma política de indudable trascendencia para la buena marcha del país. Un proyecto que propone cambios, al parecer indispensables, para crear mejores condiciones en el ambiente político de México, y para la revaloración del papel de los ciudadanos. Sin lugar a dudas está sujeto al debate y al enriquecimiento, para eso está en el Congreso.

Parece una iniciativa que, cosa extraña, da su lugar a los ciudadanos, sí, a los ciudadanos de a pie, que somos la inmensa mayoría. Me gusta la propuesta de reducción de legisladores, porque no encuentro razón para continuar con muchos de los plurinominales; me gusta la reelección de presidentes municipales, porque tres años de gobierno no alcanzan para que ejerzan su función con dignidad; la iniciativa me gusta, en general, por la posibilidad de la reelección planteada, porque en esta forma el premio o el castigo al político en cuestión está en las manos de los ciudadanos y no en las de los partidos políticos. ¡Eso me gusta mucho!

Me llenan de júbilo las candidaturas independientes a todos los cargos, porque así les quitamos a los partidos políticos el monopolio que ejercen con verdadera destreza, y naturalmente me regocijo con la figura de iniciativa ciudadana que incluye la propuesta de ley.

En este proyecto al ciudadano se le da el lugar que merece. Habrá cosas que agregar, sin duda, y cosas que perfeccionar. Insisto, ésta es la labor del Congreso y debe cumplir con ella, pero en esta reforma, la que finalmente resulte, son los intereses ciudadanos, y no los de la partidocracia, los que deben quedar plasmados sin dejar duda alguna.

Beatriz, tu partido dice que esta reforma no está entre sus prioridades. ¿De verdad opinan así? ¿Por qué entonces hemos gastado tiempo, dinero y esfuerzo, en incontables y costosísimos estudios solicitados por el Congreso y comandados, muchos de ellos, por Manlio Fabio Beltrones?

Nos han hecho creer -y me han convencido- de que ésta es la madre de todas las reformas, pero tú misma, Beatriz, rechazas enfáticamente las candidaturas independientes y aseveras que no pasarán. Me parece que a tus argumentos le sobran adjetivos y les falta sustancia, lo que me hace creer que simplemente defiendes el monopolio de los partidos para asignar candidatos a los puestos de elección.

Admiro a los políticos con visión de Estado y rechazo a los de corta visión, porque de éstos ya tenemos muchos y por eso estamos como estamos.

Beatriz, ¿dónde se sitúan tú y tu partido? No me decepciones, Beatriz, por favor, no me decepciones. En el bicentenario debemos contemplar nuestro glorioso y a veces triste pasado, pero sobre todo imaginar nuestro futuro, un futuro promisorio donde el ciudadano tome el papel que le corresponde y los políticos se lo reconozcan, dejando de pensar, estos últimos, que somos menores de edad.
 
 Presidente de Sociedad en Movimiento

sociedad.en.movimiento@hotmail.com

 

 

 

«El respeto a la ley enaltece nuestro espíritu»

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