sábado, 13 de febrero de 2010

¿A qué le tiene miedo el PRI?

 

Por: Luis Alfonso Castillo Pardo

Febrero / 2010

 

En septiembre del año pasado, los priístas iniciaron el periodo legislativo aprobando un mal paquete de impuestos, y lo hicieron así pensando en que los recursos no fueran suficientes para los estados.

 

No es que les preocuparan tanto las necesidades de los ciudadanos, la verdad es que en este año habrá elecciones en 12 entidades y que sus gobernadores necesitan hacer obras de relumbrón y apuntalar sus campañas; sólo de esta manera se explica por qué en el Congreso rechazaron la obligación de los estados para transparentar los recursos. ¿Tuvieron miedo a la falta de financiamiento para la contienda electoral?

 

Después de que aprobaron ese paquete fiscal con más impuestos para los mismos de siempre, y luego de que se dieron cuenta que todos quedamos inconformes, dijeron que fue culpa del PAN, y que ellos no estuvieron de acuerdo, pero que tuvieron que votar así. ¿Acaso les dio miedo pagar el costo político?

 

Luego de las agudas confrontaciones entre el PRD y el PAN, los dirigentes nacionales de estos partidos políticos empezaron a acariciar la idea de hacer una gran alianza entre ellos, el PT y Convergencia para contender en los estados donde habrá elecciones en 2010; es decir, algo así como vamos unidos contra el PRI (TUCOPRI).

 

Inmediatamente los priístas descalificaron la posible alianza. Como dijo el líder nacional blanquiazul: ¿Tienen miedo de una alianza que los derrote en las entidades?

 

A finales del año pasado, el Presidente Felipe Calderón envió al Congreso su propuesta de reforma política, y si bien es cierto que es perfectible en mucho de su contenido, también es verdad que tiene algunos aciertos, sobre todo en lo que se refiere a darle mayor poder y control político a los ciudadanos.

 

Y frente a la propuesta de las candidaturas independientes, en la que los ciudadanos sin partido pudieran contender y ganar cargos de elección popular; la dirigente nacional del PRI, Beatriz Paredes Rangel, dijo que ésta no pasará por el hiperactivismo de grupos de ultraderecha para acceder al poder.

 

¿Acaso cualquier ciudadano que quiera ser candidato independiente ya es de ultraderecha? ¿Pues no qué pri-mero México? ¿Y no se supone que todos somos parte de la nación? ¿Los ciudadanos de ultraderecha no tienen derecho a ser votados? ¿No que muy democrática y muy progresista? ¿O tienen miedo a que los candidatos sin partido derroten a sus "gallos"?

 

El portavoz de la bancada del PRI en el Senado, Carlos Jiménez Macías, dijo que primero impulsarán la agenda social y económica, que la gente está muy preocupada por el desempleo y por el fracaso de la lucha contra el crimen organizado, y que la reelección de legisladores no le interesa a la ciudadanía, que ese es un debate de políticos y partidos.

 

¡A ver, a ver, a ver Don Carlos Jiménez, no se aloque! Claro que nos preocupan los problemas económicos y la lucha contra el crimen organizado, pero esos no son problemas exclusivos de este sexenio, se originaron y se arraigaron durante 70 años de priato; y por otra parte, esos mismos problemas y otros muchos más, son consecuencia de una bola de políticos maletas y corruptos; y no se equivoque, que precisamente por estas razones, es que a muchos ciudadanos sí nos interesa una buena reforma política.

 

Pero el asunto del PRI ahí está ya muy evidenciado, tienen miedo a que los ciudadanos tengamos mayor poder y control sobre los políticos, miedo a perder elecciones cuando ya se sienten hasta los ganadores en 2012, miedo a dejar de ser los únicos que pueden hacer y deshacer con el país lo que se les pegue la gana, y miedo a perder intereses que tanto han enriquecido ilegalmente a muchos de ellos.

 

Beatriz Paredes Rangel y los priístas tiene  razón, saben perfectamente que Vicente Fox no fue realmente quien los echó de la Presidencia en 2000, él lideró  el movimiento y lo hizo muy bien, pero también saben que quien realmente los echó fueron los millones y millones de ciudadanos cansados y hartos de tantas trapacerías y corruptelas de gobernantes y funcionarios priístas.

 



«El hombre sin honra peor es que un muerto»

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